Existe un diminuto pero sorprendente pez tropical llamado Danio Rerio, o Pez Cebra, que a mí, personalmente, me tiene fascinado. Diminuto en su tamaño, pero gigante en sus posibilidades como modelo biológico para muchas investigaciones, este pececito está protagonizando toda una revolución en el mundo de la biomedicina. Y no penséis que he usado las palabras “sorprendente” y “revolución” de forma gratuita, no, qué va. Muchos Científicos Opinan Lo Mismo, y vosotros, tras leer estas líneas, probablemente estaréis de acuerdo con ello. Es más, yo incluso le añadiría otro adjetivo al protagonista de este artículo: “milagro de la naturaleza”. Y no es para menos, pues este pececito es capaz de auto regenerar lesiones que para otros animales serían permanentes. Por Ejemplo, es capaz de regenerar por completo lesiones medulares graves en apenas ocho semanas, asimismo también puede regenerar el corazón y su funcionalidad tras habérselo amputado hasta un 20%, y lo que más nos incumbe a nosotros, si se le provoca la ceguera, lesionando tanto la retina como el nervio óptico, es capaz de regenerar esas células volviendo a ver con normalidad en menos de un mes.